Lindsay Lohan se suma a serie de televisión "Sick Note"
La serie
británica Sick Note ha fichado a una nueva estrella infantil para su
próxima temporada. Lindsay Lohan se incorporará al reparto de la segunda entrega
de esta comedia negra protagonizada por Rupert Grint, el actor que
interpretó a Ron Weasley en las ocho películas de Harry Potter.
Sick Note cuenta la historia de
Daniel Glass (Grint), un mentiroso compulsivo atrapado en una relación fallida
y un trabajo sin futuro a las órdenes de su incontrolable jefe Kenny West (Don
Johnson). Cuando parece que las cosas no pueden ir peor, le diagnostican un
cáncer de esófago.
Debido a su enfermedad todo el mundo
empieza a tratarle mejor y Daniel encuentra una nueva alegría por vivir. Pero
pronto descubre que no padece cáncer y que todo fue un error del oncólogo más
incompetente del mundo, el doctor Ian Glennis (Nick Frost). Daniel deberá enfrentarse
a la decisión de contar la verdad y volver a su antigua e infeliz existencia o mantener el
secreto y
fingir que está enfermo.
Lohan interpretará a Katerina West,
la hija del jefe de Daniel, en la segunda temporada de la comedia negra.
Después de saltar a la fama con solo 11 años en la película “Juego de Gemelas”, la actriz y
cantante ha protagonizado cintas como “Ponte en mi lugar”, “Chicas malas” o “Devuélveme mi suerte”.
Además ha participado como invitada en varias series estadounidenses como “Dos chicas” sin blanca o “Ugly Betty”.
Como es sabido, Lindsay Lohan, fue sentenciada
en marzo de 2013 a cumplir 240 horas de actividades de servicio comunitario y
someterse a un proceso de rehabilitación tras protagonizar un accidente
automovilístico en 2012, en Santa Mónica, California.
En 2015, la actriz cumplió
con su condena. Ese mismo año rodó la película "The Shadow
Within" en Bélgica a las órdenes del director Tiago Mesquita. También fue
parte de la obra "Speed The Plow" en Londres, que recibió malas
críticas.
Lindsay
Lohan fue, durante los años 1998 y 2006, una de las estrellas
juveniles más populares de Estados Unidos.
Fuente: El Comercio.
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